Simples Recuerdos

No es que esté en un momento difícil de mi vida. Más bien yo diría que es un bajón sentimental, me cuesta mirar atrás, ver tantos recuerdos bonitos que ya no están, ni estarán, es complicado tener la duda de que los mejores años no son los que están por venir sino los que pasaron. Es difícil no quedarse pegado en el pasado, especialmente si una parte de mi me dice que es ahí donde estaba la felicidad.
Hay tantos recuerdos que siento que los sigo haciendo, o sea en un año más siento que voy a recordar este año como uno más dentro de los buenos años de mi vida, pero hay algo que me hace pensar siempre en el pasado, como si este fuera más dulce. Los años con la pandilla que aunque los vea poco se que son amigos igual. Esas noches de curadera en la casa del pelao, cuando una mímica de sexo con un sillón era lo mejor de la noche, por simple que parezca era así.
O más últimamente desde que termine de pololear, los recuerdos de la Carla, hay veces que hasta sueño con ellos; la salida de Estambul en el barco, los dos en la carpa de Constitución, esas tardes infinitas sin hacer nada, esa noche antes de la Packard en el paradero de micro, cuando volvimos y pasó a llevar el copete justo un segundo antes del primer beso o ese día que escribimos Te Amo en la playa. Podría seguir por horas.
Lo complicado es darse cuenta que todas estas cosas no van a repetirse y que tienen que empezar a ser lo que son: bonitos recuerdos y nada más. Parece fácil pero no es tan así, me cuesta pensar en que ahora son otros los amigos y otra la polola, es complicado cambiar todo. Me encanta todo lo de que tengo hoy, pero es difícil hacer el cambio. Cambiar todo lo vivido, todo lo lindo por simples recuerdos.